29 noviembre 2006

16 noviembre 2006

Preparando la Nochevieja

Mari Kas

http://www.elpueblodeceuta.es/archivo/2006/Octubre/24/_nuria.htm

elpueblodeceuta.es
OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ
El “homófobo”


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe@elpueblodeceuta.es

Me pregunto yo si se dice en correcto castellano “homófobo” o
“mariconófobo”. Reflexiono y medito, valorando si utilizar en
el tema mi mente brillante y clarificadora. Y decido que sí.
Porque no me gustan los dengues ni la palabrería insulsa
parida en aras a un idioma “políticamente correcto” que más
bien debería denominarse “hipócritamente correcto”. El
homófobo es quien le tiene fobia al hombre y no se por que se
apropian los maricas del copyright de esa fobia para
aplicársela a toda conducta que ellos consideren poco delicada
para con su condición sexual, poco delicada o abiertamente
hostil, que de todo hay. Cuando hay revolica con mariquitusos
de por medio se debería hablar, utilizando el español en toda
su amplitud y su enjundia de mariconeríafobia y a los fóbicos
tildarles de mariconófobos.

¿Qué por que no digo “gay” que es más finolis? Porque
aborrezco ser pretenciosa y detesto esos anglicismos pijoteros
con los que se intenta amariconar el lenguaje y nunca mejor
dicho. ¿Que cual es el fin que persigo con mi madura
reflexión? No. Yo no persigo nada. Tan solo quería comentar lo
acontecido en ese bar sevillano, en el que estaban desayunando
y leyendo el periódico dos mariquitas, entre beso y beso y
magreo y magreo. Y claro , se armó la que se armó, con el
dueño echándoles a la puta calle y los maricas llamando a la
policía para acusar al tabernero de “homófobo” y acabar todos
ayer en los Juzgados en plan juicio rápido. Con movilización
de la plataforma de gays, es decir, sarasas y lesbianas,
término que tiene su origen etimológico en los rituales y
mañas de las sacerdotisas de la isla griega de Lesbos y es
como se les dice, con finura, a las tortilleras de toda la
vida, llamadas también “tortis” o machorras. ¿Qué que opino yo
que pasó? Pues yo creo en la versión del dueño del
establecimiento, me figuro a los dos maricas en la terraza,
demostrándose sus amores y sus ardores y el público del bar
con el estómago revuelto, porque, mea culpa y que Nuestro
Señor, por intercesión de San Josemaría Escrivá, perdone mi
falta de caridad, a muchos ciudadanos, entre quienes me
cuento, nos da pechá de repugnancia el ver a dos tíos
morreandose. Un poner, yo me estoy tomando una tostada, con su
zurrapilla de lomo y sorbiendo mi cafelito sin molestar a
nadie, con educación y con respeto y veo a dos tíos tentándose
las partes pudendas mutuamente y me da un asco que me muero.

Y no es que tan solo me de asco. Que me da. Sino que yo exijo
de esos tipos y de sus derechos y de sus libertades que me
respeten a mí y a mi sensibilidad y las sensibilidades de las
madres que estemos con nuestros hijos desayunando y la de los
niños y la de los jubilados. Y la de la Humanidad entera que
no tiene por que soportar efusiones repulsivas que, los
maricas, deben guardar para la intimidad y no pasarse tratando
de ir dando el cante por la vía pública para demostrarnos a
todos que tienen “muchísimos” derechos y que, el ser sarasón,
que se note y alardear de mariconería, es una especie de
mérito y de acto honroso demostrativo de sus libertades.

Yo digo: “Vale, maricones. Vosotros tenéis vuestros derechos y
yo los míos y si me ofenden y me molestan las exhibiciones de
sexualidad gratuitas porque las considero escandalosas y de un
gusto inmundo, tengo derecho a que, mi sensibilidad sea
respetada, de lo contrario, maricones de mis entretelas, la
demostración explícita de vuestras libertades tengo que
considerarlas como una agresión en mi contra, agarrar una
silla y meteros un silletazo” ¿Qué meter silletazos es “muy”
incorrecto? No. Incorrecto es que yo vomite mi mollete
antequerano con zurrapilla de lomo y que, encima, lo tenga que
pagar. Además con la silla de plástico es más la impresión que
el impacto ¿Qué murmuran? ¿Qué el dueño del bar sacó de detrás
de la barra un palo para echar a los besucones? Eso es que el
hombre se sintió faltado al respeto y se ofendió.

¿Qué el del bar y servidora somos unos retrógrados? Bueno.
Puede ser. Pero si ser “moderno” es aplaudir el que dos tíos
se coman la boca en público y delante de niños prefiero mi
retrogradez y no soy mariconófoba, pero me repatean los huevos
quienes hacen bandera de su condición sexual, la publicitan,
la proclaman y salen de un armario del que nunca hemos salido
los heterosexuales porque no es necesario. Ni los
heterosexuales, claramente discriminados por el stablishment
tenemos Día del Orgullo Heterosexual, ni hacemos alarde
sistemático de nuestra condición, por respeto y por un mínimo
de educación y de normas sociales.

¿Qué me quedo anticuada? No. Conozco al dedillo la historia de
la homosexualidad desde el tiempo de los griegos y de los
romanos, el tema de la predilección por los efebos me parece
pedofilia pura y dura, los eunucos persas me parten el corazón
y de la bíblica Sodoma procede el término sodomía. Nada
inventan los de ahora que no esté ya inventado, ni hacen con
sus traseros nada extremadamente meritorio que no se haya
antes hecho. Ni que se haya dejado de hacer por minorías
camufladas por los siglos de los siglos. Soy católica y como
católica respeto a todo quisque, pero sigo al dedillo la
doctrina de mi religión y pienso que, las tendencias, son para
la más estricta intimidad y si, la tendencia, te aparta de la
normalidad aceptada y quieres llamarte cristiano, te haces un
nudo en el pito y piensas en temas más interesantes que el
folleteo, que los hay. Por ejemplo la astrofísica , la
filosofía y el autocontrol derivado del Zen. ¿Qué eso es
represión? OK, pero les digo una cosa por si no han visto el
espectáculo lamentable de las carrozas y las algaradas del
llamado Día del Orgullo Gay y es más, para decirlo copio a un
ser humano con auténtica clase como Antonio Gala :No es lo
mismo reivindicar derechos que hacerlo vestidos de hawaianas.
Yo añado , no es lo mismo reivindicar derechos que hacerlo
enseñando el culo vestidos de monjas desde una carroza.
Primero porque, la vista de un usado y peludo trasero es lo
menos motivador del mundo y segundo, porque si van vestidos de
monjas para zaherir a los cristianos lo mismo topan con algún
católico que se sienta aludido y el del culo peludo acaba
descalabráo. Y no es mariconeríafobia, es, sencillamente, una
cuestión de clase y de respeto. Ellos quieren que se les
respete, pero respetan poco con sus exhibiciones de infinito
mal gusto. Y así empezó el Imperio Romano a decaer por la
inmoralidad de sus comportamientos, hasta que llegaron los
rubicundos bárbaros que eran más bestias que un aráo y no
entendían de finuras y se los cargaron. ¿Qué en Egipto meten a
los maricas en la cárcel? Bueno, es otra civilización y hay
que respetar todas las sensibilidades. ¿Qué si el del bar y yo
somos homófobos? No. Pero mi zurrapilla de lomo me la quiero
tomar en paz y no presenciando los lametones de dos tíos. A
mí, que Dios me perdone, me da asco.

02 noviembre 2006

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